Por Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav

Cecodap presentó recientemente el capítulo Presencia de la Niñez y Adolescencia en Medios Venezolanos, período 2020-primer semestre 2021, como parte del Informe Somos Noticia.

El monitoreo realizado evidencia que los niños son noticia cuando son víctimas de algún hecho violento que trasciende (maltrato, abuso sexual, homicidio, accidente, tráfico o explotación al migrar) o por las dificultades para acceder al disfrute de un derecho humano como la salud, educación, identificación, protección.

Se evidencia en el informe otra realidad: solo en el 28.9% de las noticias las fuentes fueron autoridades del Estado, un poco más de los dos tercios de las fuentes provienen de representantes de la sociedad civil, ONGs, organizaciones comunitarias. Se constata una vez más la orfandad institucional que sufre la niñez del país.

El informe confirma la tendencia que se ha venido posicionando por años en Venezuela. Si bien es cierto que los medios de comunicación son un pilar fundamental para las denuncias, cuando por acción u omisión, se violan o vulneran los derechos humanos de la niñez y adolescencia o para anunciar los avances y respuestas que desde los distintos ámbitos se están dando para hacer efectivo los derechos de la niñez en lo cotidiano, son cada vez más reducidos los espacios para garantizar este propósito.

Los niños y adolescentes en los medios

La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) establece que los niños y adolescentes son sujetos de derecho que progresivamente van ejerciendo su ciudadanía convirtiéndose en sujetos activos en la generación de información y como protagonistas de las noticias.

Pueden ser entrevistados, siempre y cuando sea su voluntad y se cuente con la aprobación de sus padres, representantes y responsables. Pueden participar expresando sus ideas, denuncias y propuestas a través de la televisión, radio, redes sociales (a partir de las edades permitidas), actos públicos, siempre y cuando sus opiniones no pongan en peligro su integridad física, psíquica o moral atenten contra los derechos de los demás, alteren el orden público o inciten a la violencia.

Según la LOPNNA “Tienen derecho a expresar libremente su opinión y a difundir ideas, imágenes e informaciones de todo tipo sin censura previa, en forma artística o por cualquier medio de su elección, sin más límites que los establecidos en la ley para la protección de sus derechos, los derechos de las demás personas y el orden público”.

Presencia cada vez más reducida

Si bien es cierto que hay que tomar medidas para la protección de los niños y los adolescentes  en los medios, no difundir su imagen o sus datos de identificación cuando ello pueda afectar su integridad personal o estén en medio de un proceso judicial que se pueda ver afectado, no podemos caer en la tentación de evitar las publicaciones con  ellos y sobre ellos, al contrario  se requiere un mayor esfuerzo y voluntad para que los niños puedan ejercer su derecho a participar a través de los distintos medios de comunicación. Por solo citar un ejemplo reciente, ¿Cuántos niños han sido consultados sobre cómo los está afectando el aislamiento físico producto del coronavirus?, ¿las dificultades y retos de la educación a distancia?, ¿los efectos de la migración sobre las familias y los niños dejados atrás?, ¿qué propuestas tienen? Son interrogantes que quedan sobre la mesa.

El informe citado constata que a pesar de las garantías legales son cada vez menos los espacios para que los niños y adolescentes expresen su voz por temor a la censura y  reprimendas por parte de los organismos que hacen un uso discrecional de la normativa usando la protección de los niños como mampara, para que no se conozca o denuncie la realidad.

Efecto Cocuyo

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