Cada vez son más frecuentes los casos de abuso sexual y violencia hacia niñas, niños y adolescentes en Venezuela o, al menos, pareciera que se está rompiendo el silencio. Lo cierto, es que las estadísticas dadas por cuerpos de seguridad son alarmantes y Carabobo no es la excepción. Uno de los casos más controversiales ocurrió hace un par de semanas cuando funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) detuvieron a la directiva de la casa hogar «Abansa Mi Refugio», en el municipio Naguanagua, por estar relacionados a una red de trata de menores, que vivían en ese lugar.

De acuerdo a una publicación en la cuenta en Instagram del comisario general José Gregorio Domínguez, jefe del Cicpc Carabobo y secretario de seguridad ciudadana en la región, la semana pasada detuvieron a tres personas por el delito de violación a menores. Estos hechos tan frecuentes parecieran estar relacionados a la migración venezolana. Muchos padres han tenido que dejar el país en busca de mejores oportunidades y dejan a sus hijos a cuidado de otro familiar. Esta situación, aparentemente, es aprovechada por los depredadores sexuales para atacar a su víctima.

En el caso de los jovencitos de «Abansa Mi Refugio», algunos de sus padres los dejaron en la casa hogar porque no tenían las condiciones económicas para darles, al menos, alimentos, según una fuente cercana. Otra realidad venezolana que convirtió a los niños y adolescentes en presa fácil del abuso infantil.

Otros de los hechos más recientes en Carabobo ocurrieron en el municipio Libertador y el barrio Nueva Valencia fue protagonista de eso: una adolescente de 13 años de edad fue violada por un anciano de 77 años de nombre Armando Aponte. Por ese suceso la jovencita quedó embarazada. Mientras que en Villa Jardín aprehendieron a Yaiyanses Torres de 18, tras abusar sexualmente de dos niñas de 7 y 10 años. Y en el sector Boca de Río de Valencia, Orangel González de 55 años también fue capturado luego que hiciera lo mismo con una menor de 13 años.

Aunque para la abogada especialista en materia de derecho de niña, niño y adolescente, Achait Díaz, los casos de abuso y violencia a niños son más frecuentes de lo que se cree. De hecho, se estima que en la región, de unas diez audiencias semanales, cuatro sean por ese delito. Considera que la descomposición social, en general, viene dada por alguna víctima de violación durante la infancia.

Recientemente el director general del Cicpc, comisario general Douglas Rico, informó sobre la detención de tres miembros de la directiva de la academia de modelaje Belankazar, por presuntamente, estar relacionados con pornografía infantil usando fotografías de niñas. Y, aunque la agencia haya intentado borrar evidencias criminalísticas, los pesquisas habrían recuperado material de interés que involucraría a la directiva en varios delitos.

Este y otros tantos casos ocurridos en varios estados, se suman a los 1.180 registrados en todo el territorio nacional, según indicó Rico. Asegura que han dado respuesta en un 63% de los abusos.

Ante tantos hechos similares, uno más atroz que el otro, como el de la adolescente que se suicidó en Zulia por ser víctima de abuso, la psicólogo Neslys Sarmiento cree que una conducta refuerza otra. Es decir, si alguien se atreve a denunciar estos casos y observa que, aparentemente, se está haciendo justicia, otros optan por hacer lo mismo y eso ayuda a que se minimice el miedo ante el agresor. Mientras que el victimario, considera, por lo general, sabe lo que hace, cómo y por qué lo hace, valiéndose de la vulnerabilidad de los niños que -probablemente- confían en un adulto.

Modo de persuasión

Atraer a los pequeños usando dulces para luego convertirlos en una víctima de abuso es muy frecuente. En Carabobo se registró un caso similar donde el victimario se valió de la confianza que le tenía la familia de una niña para cometer actos lascivos.

Una niña de apenas 8 años jugaba en la calle, cerca de su casa en San Blas, cuando un amigo de la familia, en quien confiaba, la invitó a «jugar» a su casa. Ella tendría que adivinar lo que le dieran de probar en la boca. El sujeto ató las manos de la pequeña y le dio a comer nutella. La dejó ir, pero al siguiente día el juego seguía. Esta vez untó chocolate en su miembro para hacer que le practicara sexo oral. El hombre fue detenido a los días por el Cicpc.

Analítica

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