En Venezuela no hay cifras sobre el acoso escolar, pero ninguna institución educativa es capaz de decir que está libre de este tipo de violencia. Fernando Pereira, fundador de Cecodap (Centro Comunitario de Aprendizaje), reflexionó sobre qué hace falta en el país para hacerle frente a este fenómeno y los nuevos retos que surgen de cara al bullying a través de Internet y las redes sociales.

Países como Chile, Colombia, Argentina y Ecuador no solo registran el número de casos de acoso escolar a niños, niñas y adolescentes sino que lo disgregan por los tipos de agresiones y hasta la incidencia por región.

La deuda en Venezuela no solo tiene que ver con ausencia de estadísticas, sino con la falta de capacitación de los educadores para abordar la problemática, así como el desarrollo deinstrumentos legales para designar responsabilidades y frenar los hechos violentos. “Nos quedamos en la caracterización del fenómeno”, señaló Pereira.

Explicó que los riesgos han aumentado exponencialmente debido al ciberacoso: “El control es mucho más difícil… elimina las barreras del horario para hacer bullying, no es necesario tener al otro de frente, puede ocurrir de noche o durante los fines de semana”.

El educador indicó que otro desafío a las agresiones a través de Internet es que se presta a que se diluyan las responsabilidad y que, aunque igualmente afecta la dinámica escolar porque ocurre entre compañeros de clases, “el colegio tiende a lavarse las manos porque señala que, por ejemplo, el mensaje no se envió desde el plantel”.

Pero la escuela no es el único ente que debe atender este tema. “La sociedad también tiene que hacer su aporte a dar respuesta a esta problemática y combatir la impunidad, debe ser parte de una política por parte del ente rector”.

Efecto Cocuyo

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