El documento revela que muchas de las menores han sido testigo de violencia o agresiones verbales constantes, lo que aumenta la vulnerabilidad frente a las violencias basadas en género, lo que incluye la violencia sexual

Este domingo 20 de junio se conoció el estudio del Plan Internacional “niñas venezolanas: Voces de la Migración”. En este documento se revela que la protección de los derechos de niñas y adolescentes refugiadas en Colombia no se ha podido garantizar de la mejor forma.

Este estudio se llevó a cabo entre 425 niñas y adolescentes migrantes de Venezuela entre los 10 y 19 años en Colombia, Perú y Ecuador, sitios donde más han llegado los migrantes del vecino país.

Amalia Alarcón, Gerente Regional de Programas Transformadores de Género e Influencia Plan Internacional, dijo que la peor de “las violencias que enfrentan, es sin duda, la violencia basada en género, la mitad de las chicas expresaron sentirse inseguras en las calles de Colombia, Ecuador y Perú. Además, el ser mujer exacerba el impacto de la xenofobia que sufren”.

El documento revela que muchas de las menores han sido testigo de violencia o agresiones verbales constantes, lo que aumenta la vulnerabilidad frente a las violencias basadas en género, lo que incluye la violencia sexual.

Además, los datos revelan que “el 19% de las adolescentes entre los 14 y 19 años reporta estar o haber estado embarazada, muchos de ellos a causa de violencia sexual o en contra de sus propias expectativas, para ser madre, marcadas alrededor de los 25 años”.

Anyi Morales Coordinadora del programa Regional de Respuesta a la crisis de Venezuela de Plan Internacional aseguró, según Caracol Radio, que se ser migrante venezolana “incrementa y acentúa el riesgo de violencia en su contra, así como también su condición de pobreza, dificultando sus procesos educativos y las pone en una situación de mayor vulnerabilidad”.

Otro dato que reveló el estudio es que el 40 % de las niñas no tiene acceso al servicio de salud y el 28 % al servicio de educación, debido a las “barreras asociadas a documentos de permanencia en el país, la falta de cupos, la discriminación por nacionalidad o las exigencias de la educación virtual. 28 de cada 100 niñas no accede al derecho de la educación”.

Para otras muchas, el aula es sinónimo de estigma, como advierte una adolescente de 15 años residente en el municipio colombiano de Soledad. Afirma que la primera vez que fue a clase sus compañeros la llamaron ‘veneca’, el término despectivo para los migrantes venezolanos: “Se burlaban de mí y me decían que era una muerta de hambre”.

FALTA DE COMIDA

Por otra parte, un 84 por ciento reconoce que se han preocupado en algún momento por la falta de comida y un 44 por ciento señala que se ha ido a la cama con hambre y ha tenido que pedir limosna o comida que se había tirado, recoge el informe, presentado con motivo del Día Mundial del Refugiado este domingo.

Plan International, que trabaja brindando asistencia a la que está considerada la segunda peor crisis migratoria del mundo –solo por detrás de Siria–, ha instado a los gobiernos de Colombia, Ecuador y Perú que adopten políticas públicas que protejan los derechos de las niñas a nivel jurídico y que materialicen la recuperación de sus derechos.

La directora general de la ONG en España, Concha López, ha subrayado que “es necesario que todas las partes implicadas trabajen unidas para proteger los derechos de las niñas y adolescentes migrantes, garantizando su acceso a una educación completa, es decir, gratis, inclusiva y de calidad”.

Infobae



Verificado por MonsterInsights