Fernando Pereira | @cecodap | @fernanpereirav

Por segundo año consecutivo la pandemia ha sido la protagonista en el Día del Internet (17 de mayo). La Organización de las Naciones Unidas (ONU) planteó que se conmemore esta jornada, con el objetivo de dar a conocer las posibilidades que ofrecen las tecnologías e impulsar la implementación de internet en países en vías de desarrollo.

El coronavirus disparó el uso del internet en los niños, niñas y adolescentes de todo el mundo; generando también un aumento de los casos de violencia, abuso sexual, ciberbullying. De ahí el lema de este año: “Una Internet mejor comienza contigo: más conectados, más seguros”.


Riesgos reales y nada virtuales

Unicef advierte sobre los riesgos presentes desde antes de la pandemia:
• Abuso y acoso en la red: sobreexposición de la imagen en el entorno digital, sexting, grooming (contactos inapropiados con extraños) o pérdida de control sobre la propia privacidad.
• Desinformación o exposición a contenidos violentos, inapropiados para la edad o que promuevan autoagresión.
• Explotación sexual infantil.
• Sobreexposición a pantallas, tiempo de uso inapropiado para la edad, impacto en las relaciones familiares y sociales.
• Adicciones a juegos online o juegos de apuestas.
• Conductas inadecuadas: ciberacoso, trolling (insultos en la red), etc.

Los derechos de la niñez en el entorno digital

Tales derechos deberían estar garantizados y protegidos en todos los ámbitos. Sabemos que están expuestos a los peligros ya mencionados. Es por ello que el Comité sobre Derechos del Niño -máximo órgano de la ONU para el seguimiento sobre los derechos humanos contemplados en la Convención sobre los Derechos del niño en todo el mundo- decidió ahondar en el asunto publicando recientemente la Observación General N° 25 sobre los derechos de la niñez y adolescencia en el entorno digital. Cuando se aprobó la Convención, hace más de 30 años, la realidad era otra y de ahí que se requiera contextualizarlo en el momento actual.

Un proceso que requirió tres años de consultas y en el que participaron unos 700 niños y adolescentes de diferentes países, incluyendo Venezuela, para sopesar el impacto de lo “online” sobre la vida y protección de los niños.

Los derechos de la infancia deben garantizarse y protegerse en todos los ámbitos. Son innegables todos los beneficios que las tecnologías representan para las generaciones actuales. La pandemia ha evidenciado la dependencia de lo tecnológico como condicionante de la educación a distancia; también se ha hecho más visible la brecha tecnológica que excluye a las grandes mayorías de niños y adolescentes, especialmente en los países en desarrollo y poblaciones migrantes y minorías en países desarrollados.

Pero también son indudables los riesgos presentes en el mundo digital y que afectan la salud física, mental y protección de los niños y adolescentes. Es por ello que el Comité de los Derechos del Niño ha tenido que esclarecer las responsabilidades que tienen los Estados y las empresas proveedoras de servicios de internet y de información.

El acceso a internet y a la información constituye un derecho humano fundamental en la vida de los niños, de ello depende su posibilidad de formarse, informarse, recrearse, socializar y participar como ciudadanos.

Tenemos que manejarnos en una realidad donde una parte de la población debe velar por seguir formando a sus niños en el desarrollo de habilidades digitales, para el mejor uso de las posibilidades para educarse y mitigar los riesgos en el uso del internet y, por otra, las grandes mayorías en países, como los nuestros, que se quedan rezagados esperando poder contectarse.

Efecto Cocuyo

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