Fuente: Fe y Alegría. – En la narrativa global hay un consenso: las maestras y los maestros son profesionales determinantes en el bienestar de una sociedad. De sus capacidades depende más de una variable de la estabilidad y el crecimiento económico, de la convivencia política y la inclusión de todos los sectores en la vida pública.
En este mes del educador y la educadora se levantan banderas de reconocimiento, halagos y vítores para los que se dedican a enseñar en las escuelas a niños, niñas y adolescentes, pero, ¿están bien remunerados los docentes?
Los maestros se pasan la vida aprendiendo y enseñando. Los procesos de formación y actualización son infinitos, al menos, cuando se tiene vocación. Poco importan las horas de desvelo y las jornadas extendidas de planificación y evaluación.
Sin embargo, una profesión vital debería gozar de una remuneración que permita vivir con dignidad. En la República Democrática del Congo, por ejemplo, un docente rural gana un promedio de cien dólares americanos por mes, es decir, apenas tres dólares diarios. ¿Usted podría vivir con ese ingreso?, ¿podría comer, vestirse, recrearse, pagarse un diplomado?, se pueden intuir las respuestas. La misma suerte están corriendo educadores y educadoras de Venezuela, Haití y otros países inmersos en profundas crisis políticas y económicas.
Según el Laboratorio de Desarrollo Humano, el salario máximo al que puede aspirar un educador en algunos países americanos se contabiliza así, en dólares americanos:
Chile: $3.245
Panamá: $2.200
Ecuador: $1.667
México: $1.509
El Salvador: $1.500
Colombia: $1.330
Perú: $1.251
Costa Rica: $1.014
Argentina: $970
Brasil: $596
Nicaragua: $390
Haití: $411
Cuba: $250
Venezuela: $138
Los montos son diversos y la brecha de desigualdad se profundiza si la comparación se hace a nivel global. En el mundo, Luxemburgo paga en promedio unos setenta mil (70) dólares al año a educadores y educadoras, Alemania sesenta y tres mil (63) y Canadá cuarenta mil (40) por año a los que inician la carrera docente, según datos no oficiales.
¿Cómo están los docentes en comparación a otras profesiones?
Esta es la comparación más irónica o más odiosa. Los formadores de profesionales no aparecen entre las diez profesiones mejores pagadas. Las ingenierías en electricidad y gas son las mejores remuneradas con un promedio global de trescientos mil (300) dólares por año. Seguidamente, aparecen la medicina y sus diversas especialidades con promedios anuales superiores a los doscientos cincuenta (250) mil dólares, aproximadamente.
Para ubicar a los docentes hay que bajar hasta el escalafón dieciséis, el promedio global de los educadores ronda los veintisiete mil (27) dólares por año según cifras del Banco Mundial.
Aunque no aplica la comparación, existen otras ocupaciones mejor remuneradas que no necesitan formación profesional académica para ejercer.
En todo caso, son pocos los y las docentes del mundo que gozan de estabilidad económica. La mayoría de los profesionales de la docencia, sobre todo en países de África y América Latina, necesitan entre dos y tres empleos para cubrir necesidades básicas.
Los Estados mantienen una deuda con la educación y, en especial, con los maestros y las maestras, el financiamiento de la educación sigue siendo una urgencia global y un privilegio de pocos.
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