Tras la suspensión de clases el 13 de marzo, docentes piden que los padres envíen fotos de los alumnos realizando actividades o viendo clases virtuales impartidas por VTV. El mayor desafío de educadores y alumnos es la falta de conectividad para enviar las asignaciones.

Regiones. Desde el pasado 16 de marzo los estudiantes de primaria, media y diversificada pasaron a ver clases virtuales. La propuesta educativa del ministro Aristóbulo Istúriz el 16 de marzo fue que se establecería un programa de orientación pedagógica a través de la señal del canal del Estado, Venezolana de Televisión, como parte de la atención a distancia a los estudiantes mientras dure la cuarentena y la suspensión de clases por el COVID-19.

Sin embargo, la duración de las actividades por materia en el canal del Estado es de cinco minutos, 40 menos de los que comprende una hora académica normal (45). El primer día de clases televisadas se orientó a los símbolos patrios; la segunda clase, al amor a la patria; la tercera, adaptación del contenido para la Educación Especial, y la última fue sobre el coronavirus.

Las clases en Venezuela fueron suspendidas en todos los niveles el pasado 13 de marzo.

Los docentes deben hacer seguimiento a través de WhatsApp, correo electrónico y videollamadas, en un país que tiene alto índice en fallas de conectividad y cortes eléctricos. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos, 53 % de los hogares venezolanos no tiene acceso a Internet. El estudio igualmente revela que 51 % de los usuarios tiene fallas de conexión todos los días. El Internet móvil tampoco es una opción, la encuesta reveló que 57 % de los usuarios considera malo el servicio.

Miriam Noguera vive en el municipio Naguanagua del estado Carabobo. Tiene una hija de 9 años que estudia cuarto grado de primaria en una escuela privada. Relató que ha podido acceder a las actividades escolares porque se organizaron en un grupo de WhatsApp.

“La maestra ha reorganizado todo porque ya iban a presentar el cierre de proyecto. A cambio de eso se les asignó a los niños hacer un cuestionario. Con el Internet sí he tenido muchos inconvenientes porque no puedo enviar las tareas a tiempo”, indicó.

Una docente encargada de sexto grado en una escuela pública de Naguanagua, que prefirió dejar su nombre en reserva, comentó que el día 23 de marzo pudo concretar la comunicación con los padres para el envío del material educativo, porque las fallas de Internet y los cortes eléctricos hasta ese momento le impidieron comunicarse con los representantes.

Las fallas de Internet han obligado a representantes, como Jackelyn Cotoret, a buscar apoyo en mamás de los compañeritos, en este caso, de su hija de 12 años, para poder cumplir con las asignaciones encomendadas por la maestra de su pequeña.

Cotoret vive en Barcelona, estado Anzoátegui. Afirma que hace dos años realizó una solicitud para tener en su casa el servicio de Internet que presta la compañía estatal Cantv, pero hasta la fecha no ha obtenido respuesta, por lo que el WhatsApp se ha convertido en el medio de comunicación con el grupo de mamás del sexto grado del colegio subsidiado Nuestra Señora del Valle.

“Para mí es como medio engorroso, porque tenemos que hacer la actividad, tomar una foto y enviarla a una de las mamás que hizo un grupo con la maestra. Nos dijeron que esas actividades las iban a revisar después de clases, pero este método no garantiza el proceso enseñanza-aprendizaje”, consideró.

El temor de Cotoret es el de muchos padres que no pueden seguir las actividades por las fallas de conectividad. Adelba Taffin, defensora de los derechos humanos y representante de la ONG Padres Organizados, señaló que los estudiantes de planteles educativos privados son los que están cumpliendo con el esquema de clases virtuales, porque pueden tener mejor acceso a Internet, cuentan con teléfonos inteligentes para el envío del material educativo, situación que no se replica en los alumnos del sistema de educación pública.

“Pienso que en las instituciones privadas los jóvenes van a recibir una mejor formación o por lo menos los directivos se van a esmerar en buscar que los muchachos tengan la continuidad de la educación que deberían tener si asistieran personalmente a clases. En las escuelas públicas eso no va ocurrir. Solo en algunos casos hay docentes que envían mensajes de textos o WhatsApp a los padres que cuenten con teléfono inteligente; en donde no se les da nada apegado al currículum, sino que se les ha mandado a hacer trabajos sobre el coronavirus, lo que hace dar continuidad al deterioro del proceso educativo en las escuelas oficiales”, sostuvo Taffin.

José Cazorla, presidente del Colegio de Licenciados en Carabobo, aseguró que los docentes de instituciones públicas no están preparados para dirigir desde sus viviendas las actividades que se asignan, así cuenten con la planificación escolar, porque no tienen en su mayoría conexión a Internet.

propuesta educativa
Foto: Leomara Cárdenas
Una nueva preocupación

Pese a que los servicios de comunicaciones no funcionan de la mejor manera en Táchira, los padres deben ingeniárselas para reportar “la asistencia” de sus chamos a clases, pues quienes no lo hacen, o por alguna razón no tuvieron conexión en horas de la mañana, quedan inasistentes, esto en virtud de que a una hora determinada, 10:00 a. m., deben informar que los niños están “en clases”.

Y, al igual que en otros estados, el WhatsApp es la vía utilizada para reportar las “actividades” que realizan los niños.

Esto genera conflictos entre docentes y padres, pues si hay un corte de luz, algunos sectores se quedan sin servicio de datos y al momento de enviar la información no son tomados en cuenta porque lo han hecho fuera de la hora establecida.

De igual forma, los padres se quejan de que algunas de las asignaciones generan gastos que en el presente momento no están en condiciones de costear.

“Mandan a hacer un rompecabezas de Venezuela, no hay plata para ir a comprar cartón o anime, además todos los chinos y papelerías están cerradas… No hay cordura”, dijo Ligia Camejo, en una nota de voz a través de estos grupos.

Representantes de las escuelas públicas Corazón de Jesús, Marco Antonio Saluzzo, liceo Libertador y el colegio Santo Ángel de Cumaná manifestaron la inexperiencia que tiene todo el conglomerado estudiantil con respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje en línea.

Carlos es un alumno de cuarto grado de la Unidad Educativa Corazón de Jesús y afirma que el método no es del todo eficaz: “Yo sé algunas cosas, pero en otras me tiene que ayudar mi mamá, y a ella se le complica porque debe salir a buscar la comida”.

Representantes como José Quintero coinciden en que ha bajado tanto la calidad de la educación que “este plan no es precisamente la mejor garantía de que los muchachos saldrán mejor preparados”, advirtió.

“Yo no tengo un teléfono inteligente y a eso le sumas el robo de los cables de telefonía en la zona donde vivo. Esta situación me deja en desventaja con relación a otro representante que sí cuenta con los recursos tecnológicos para que sus hijos puedan cumplir con la tarea”, dijo.

Igual que Quintero, Alberto Blanco, representante de un pequeño en Anzoátegui, no le ve futuro al plan gubernamental, porque “los muchachos necesitan la orientación del maestro”: “Sabemos que como padres tenemos una responsabilidad, pero el método del WhatsApp que están aplicando es ‘te dejo eso ahí y tú resuelves”.

Crónica Uno

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