Virginia Franco, pediatra y puericultora adjunta al Servicio de Emergencia Pediátrica del Hospital Central de Maturín, informó que solo en febrero ingresaron cinco niños con desnutrición de los cuales tres han fallecido. En botellas de refresco almacenan el agua en el cuarto y quinto piso del este centro de salud ante la carencia del servicio.
Maturín. La desnutrición sigue haciendo estragos en la población infantil de Monagas. El alto costo de las proteínas y demás productos de la canasta básica obliga a los padres a suministrar a sus hijos una dieta en la que abundan carbohidratos.
El poco acceso a estadísticas ha limitado la publicación de estos datos, sobre todo en los años 2020-2021. Virginia Franco, pediatra y puericultora adjunta al Servicio de Emergencia Pediátrica del Hospital Universitario Núñez Tovar, mejor conocido como Hospital Central de Maturín, informó que en el transcurso de 2022 han fallecido 10 niños por desnutrición y solo en febrero han ingresado cinco de los cuales tres han muerto.
La pediatra asegura que las muertes han ocurrido en menores de dos años de edad y cuando se registran en bebés de seis meses generalmente obedece a falta de lactancia materna.
Los niños fallecidos provienen de poblaciones de Monagas como: Libertador y Punta de Mata. También de estados como: Delta Amacuro y el tipo de desnutrición que presentan es «Kwashiorkor« que se diagnóstica en el paciente por la falta grave de proteína en su dieta.
Los menores que padecen desnutrición «Kwashiorkor» lucen hinchados sobre todo en la parte abdominal, debido a la retención de líquidos como consecuencia de la ausencia de proteínas en la sangre y esto favorece el flujo de agua hacia el abdomen. A esto se suma el retraso en el crecimiento, fatiga y anemia.
En 2019, fallecieron al menos 54 niños por desnutrición en el Hospital de Maturín, esto de acuerdo con datos aportados por médicos adjuntos al Servicio de Emergencia Infantil. Durante el inicio de la pandemia no se tuvo acceso al registro de fallecidos por desnutrición en este centro de salud
Dos pisos carecen de agua
«El hospital sigue igualito», dicen los pacientes ante la falta de respuestas de las nuevas autoridades encargadas del estado. Las múltiples carencias del Hospital Universitario Núñez Tovar de Maturín, Humnt, se ven reflejadas en cada una de las manifestaciones de los enfermos que claman a las autoridades atención para este centro de salud.
La falta de agua es uno de los principales problemas del centro de salud, pues, los pacientes y sus familiares aseguran que no cuentan con este servicio en los pisos 4 y 5 por lo que se han visto obligados a llevar agua desde sus hogares en botellas de refresco.
Traemos el agua desde nuestras casas en botellitas de refresco o jugo. Porque aquí no llega el agua y cuando llega es en la madrugada. No hay una hora fija, puede llegar a la 1 de la madrugada o a las 3. Nosotros tenemos que salir corriendo a esa hora para llenar las perolitas», cuenta Javier José Figueroa.
Los familiares de Dexire Rodríguez guardan las botellas de refresco en una caja de cartón para que no ocupen mucho espacio en la habitación que comparten y que de noche se vuelve negrísima por la falta de luz.
Rodríguez tiene alrededor de un mes recluida en el principal centro de salud de la ciudad y desde entonces sus familiares y ella han tenido que enfrentarse a las cientos de carencias en este espacio. Ella, así como otros tantos pacientes esperan que la sala de Rayos X sea inaugurada para poder tomar las placas y ser operada.
«Este hospital está cada día peor, los baños inservibles, no hay agua. Nosotros traemos desde la casa porque nunca sabemos cuándo va a llegar el agua aquí, ni la hora. Aquí en la habitación no hay luz, cuando cae la noche alumbramos con la linterna de los teléfonos», manifiesta Rodríguez.
Los pacientes de Traumatología entrevistados por el equipo de Crónica.Uno comentan que no han cuantificado la cantidad de pacientes que esperan por operación, pero conocen que han sido intervenidos quienes van a clínicas privadas a hacerse placas, pues, Rayos X aún continúa cerrado.
«No nos han operado por falta de placas. Tenemos que esperar que vengan a inaugurar allá abajo Rayos X. Los que han operado es porque vienen con placas de clínicas, pero los que no tenemos 40 dólares tenemos que esperar», explica Figueroa.
Crónica Uno
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