Por Óscar Misle

Durante la cuarentena los niños y adolescentes están conectados muchas horas
a internet. Las tecnologías se han convertido en la posibilidad de estar en
contacto con el entorno, gracias a ellas mantienen los vínculos con familiares y
amigos, recrearse en informarse. La pregunta es: ¿Con quién se relacionan? ,
¿Sobre qué se informan y cómo se recrean? Preguntas importantes porque los
acosadores están al acecho para buscar víctimas, especialmente a través del
ciberacoso.

¿Qué es el ciberacoso?

Es una forma de violencia, también llamada  cyberbullying  por su traducción al
inglés, que tiene una audiencia ilimitada, traspasa las fronteras, se mantiene en
el tiempo, después que se difunden los contenidos, son difíciles y casi
imposibles de borrar. Un acoso ocurrido en los años de escuela puede
perseguir al joven hasta la universidad.

Como es un un tipo de violencia que no se realiza cara a cara, puede costar más
identificar al culpable para hacer que asuma la responsabilidad de sus actos.
Es un tipo de violencia que se vale de la información electrónica como correos,
redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos
celulares, para acosar a un individuo o grupo de manera sistemática, mediante
ataques personales, burlas, intimidación, hostigamiento, difamación y pare usted
de contar.

Tipos de ciberacoso

Existen diferentes formas de realizar el ciberacoso y de acuerdo a la intención se
le pone apellido por ejemplo:

Ciberacoso sexual. Son comentarios, burlas, sobre el comportamiento y
orientación sexual de la víctima

Cibermontaje. Es cuando se utiliza el rostro de la víctima y se coloca en otros
cuerpos, o la imagen de la persona en escenarios que la humillan, descalifican o
ponen en entredicho su dignidad y reputación

Ciberacecho (acoso en línea). Se usa particularmente Internet, para acosar a
una persona. Algunas de las características comunes son: acusaciones falsas,
seguimiento, amenazas, robo de identidad y destrucción o manipulación de datos.

Cybergrooming. Es un método utilizado por pederastas para contactar a niños y
adolescentes en redes sociales o salas de chat y convencerlos, mediante
artilugios y haciéndoles creer que tienen menos edad, para que realicen poses
provocativas o desnudos ante la webcam. El material obtenido se utiliza para
chantaje emocional y social

Ciberacoso incendiario (flame). Consiste en una provocación con mensajes
incendiarios, que se envía a un foro, lista de correo, con el objetivo de provocar
reacciones de sus participantes. Suele contener insultos u ofensas y puede estar
dirigido al grupo en general o a alguien en particular.

Sexting. Es una forma de relación virtual, que en un inicio era utilizada por
parejas de adultos, que ha sido asumida por adolescentes, no solo para
intercambios entre parejas sino para la difusión pública de contenidos muy
íntimos, generados por los propios remitentes, mediante la grabación de sonidos,
fotos o videos de comportamientos sexuales, desnudos o semidesnudos,
normalmente destinados a una pareja sexual o amorosa, aunque también en no
pocas ocasiones, a otros amigos, como un simple juego. Sin tener conciencia
que esto los expone a graves riesgos

El término se compone de dos palabras en inglés sex (sexo) y texting (Mensaje
de texto). En un inicio los mensajes de texto eran enviados vía celular.
El sexting resulta muy peligroso. El que se hace la foto pierde absolutamente el
control sobre ella una vez que la envía.

¿Es un delito?

El ciberacoso al igual que el acoso interpersonal, está el acosador, la víctima y
los testigos. A pesar del aparente anonimato de los ciberacosadores, su cuenta
queda registrada en internet y pueden ser ubicados.

Es un delito porque es un proceder, de acción u omisión, que es tipificado y
sancionado, como tal, por la ley.

El ciberacoso es una forma de violencia realizada a través de las tecnologías.
Cuando los niños, niñas y adolescentes se involucran, directa o indirectamente, en
condición de víctimas o victimarios, usurpan el nombre de las víctimas,
difunden acusaciones falsas, amenazan, calumnian, hostigan e incluso pueden
inducir al suicidio, situaciones que dependiendo de la gravedad pueden constituir
delitos.

Hay otras situaciones, no tipificadas como delito, pero que vulneran el derecho
a la propia imagen, honor, integridad moral, intimidad familiar, revelación de
secretos… constituyendo formas de violencia por los daños que producen en las
víctimas.

¿Qué podemos hacer en la familia?

La familia es clave para la prevención del ciberacoso. Podemos expresarle a
nuestros hijos que utilizar internet es como salir a la calle. Hay que estar alerta por
dónde te metes, con quién te comunicas, con qué te recreas.

Enseñarles el uso adecuado de las tecnologías. Pero antes tenemos que
informarnos y formarnos sobre cómo utilizar adecuadamente estas herramientas.
Podemos sentarnos con ellos y navegar juntos, aprender a utilizar las redes
sociales, recordemos que saben mucho más de lo que podemos imaginar.
Actuar a tiempo. Con el ciberacoso, se enmascaran otras situaciones. Es una
forma de violencia que no puede pasar desapercibida.

Si sabemos que nuestros hijos utilizan el ciberacoso como una forma de ganar
popularidad, llamar la atención y adquirir poder, es necesario solicitar apoyo

especializado para indagar cuáles son las causas que hacen que se diviertan
generando dolor y malestar en los otros.

Enseñar la importancia de pensar antes de enviar. Es necesario apoyarlos
para que tomen consciencia. Lo que se publica en internet o sale del celular, se
convierte en irrecuperable, escapa para siempre de nuestro control y puede llegar
a cualquiera en cualquier momento.

Enséñale cómo protegerse cuando utiliza internet
– No chatear con desconocidos
– No aceptar desconocidos en el facebook
– No colocar información personal específica por la cual puedan deducir
dónde estás, vives, número de teléfono
– No subir fotos que puedan comprometer su privacidad
– No hacer citas por internet para encontrarse, con alguien que no conoces
– No utilizar la webcam con personas desconocidas
– No entregar datos de cuentas, claves de acceso.
– No ofender a nadie en internet, porque todo se copia y se distribuye. Los
enojos pasan pero la letra escrita queda. Además se tiende a escribir cosas
delante de la pantalla que no las diría si se piensa mejor o si se tuviera a la
persona delante
– Hacerle ver que cada vez existen más webs que utilizan este tipo de
información para difundirla
– La pornografía está al acecho. La pornografía infantil es un delito, cuando
se crea, se posee o se distribuye. Se considera pornografía infantil cuando
está protagonizada por menores de 18 años
– Enseñarles que si les llegan textos, imágenes, no deben borrarlas, sirven
de prueba en la denuncia
– Aclararle que recibir la imagen de una persona no te da derecho a
distribuirla

– Denunciar cuando son víctimas de ciberacoso. Si algún adulto o
adolescente utiliza las redes sociales para dañar, desprestigiar, ofender,
humillar… es necesario que se haga la denuncia.

Hasta la próxima resonancia

Caraota Digital

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