En exclusiva a El Diario, la oficina para Venezuela del Fondo para las Naciones Unidas (Unicef) alertó que actualmente unos 2.200.000 de menores de edad no tienen acceso a la educación en el país a causa de la crítica situación que viven por la crisis.
La alarmante cifra representa alrededor del 1,3% de los menores que no cuentan con condiciones óptimas para asistir a clases a nivel mundial.
Los menores venezolanos abandonan a las aulas ante las precarias condiciones y las dificultades para acceder a educación de calidad. En 2019, las causas de esta problemática se exacerbaron con los constantes cortes eléctricos, la falta de agua potable y el limitado acceso a transporte público, especialmente en zonas del interior del país.
Alianza en pro de la educación
Unicef Venezuela es uno de los organismos que trabaja para crear condiciones que permitan a los niños y adolescentes asistir a las aulas. Para el periodo escolar 2019-2020 inició un programa en conjunto con Fe y Alegría llamado “Todos y todas a la escuela” que consiste en la entrega de insumos escolares a miles de niños y niñas de escuelas públicas y subvencionadas en los estados de Miranda, Distrito Capital, Anzoátegui y Táchira.
La intención de la entrega de kits escolares es que los estudiantes y maestros tengan los materiales didácticos y recreativos que les permitan impulsar el aprendizaje en las aulas de clase. Estos incluyen: un bolso escolar con útiles de aprendizaje esenciales como cuadernos, lápices y creyones.
Hasta ahora alrededor de 300.000 niños venezolanos se han visto beneficiados. En un año, planea llegar a un total de 1.200.000 de niños en escuelas públicas y subsidiadas de todo el país con suministros educativos.
Luisa Pernalete, docente investigadora del Centro de Formación de Fe y Alegría, comenta a El Diario que la implementación de este programa se ha realizado para atender la dificultad que ha originado que los menores no asistan de forma regular a las instituciones educativas. Este año preveen extender la entrega de kits escolares a otros estados del país.
La educadora se muestra alarmada ante la falta de acceso a la educación de los niños venezolanos por lo que destaca la necesidad de asegurar todas las condiciones para que asisten a clases.
“No basta con tener la escuela abierta necesitamos todos los derechos garantizados (…) Si no hay alimentación, si no hay transporte, no le puedes exigir a los niños asistir a clases.Tenemos que luchar juntos por los derechos de los niños que, según la Lopna son prioridad absoluta, de verdad estén garantizados”, alerta Pernalete.
En este sentido, la docente destaca la labor que ha realizado Fe y Alegría a lo largo de sus 65 años a favor del derecho a la educación de los niños venezolanos. Ahora, ante la crisis que se ha agudizado, la organización ejecuta varios procesos para contribuir a que los menores continúen recibiendo clases.
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“Fe y Alegría hace muchas cosas para retener a los niños para que asistan. Hay un monitoreo, si falta un día hay un alerta, si cumple tres días sin asistir se llama para saber las razones de ausencia y aportar posibles soluciones (…) También hacemos que el personal se sienta atendido, cuidar a los cuidadores le decimos”, explicó.
Llegar a cada niño
Ante las adversidades, asociaciones como Fe y Alegría continúan evaluando otros mecanismos para garantizar la educación en todo el territorio nacional. Por su parte, Unicef Venezuela, bajo la premisa de “llegar a cada niño”, tiene como objetivo este 2020 expandir su presencia en el país para tratar de cubrir todas las necesidades de los menores, quienes resultan ser uno de los grupos más vulnerables a la crisis.
Sin embargo, el organismo se ve limitado en sus funciones por la falta de recursos suficientes que permitan atender la problemática. De acuerdo con el informe Acción Humanitaria para la Infancia 2020, Unicef Venezuela requiere de unos 153.000.000 de dólares para atender las necesidades básicas de los niños venezolanos, esto solo en zonas vulnerables.
Las organizaciones continúan uniendo esfuerzos e ideando estrategias para que las cifras se reduzcan y más niños venezolanos puedan tener una educación oportuna y de calidad. Por ahora, el sector educativo sigue sin tener motivos para celebrar así que trabajan para recuperar la educación de calidad por la que el país era reconocido.
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